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TROPEZÓN POR EXCESO DE RELAJACIÓN (1-2)

El Albacete celebró el campeonato del Grupo IV de Segunda división B con una derrota sorprendente ante el Córdoba B (1-2) en la que la inexistencia de presión fue la causa principal de un equipo que, no olvidemos, sigue contando con unos números excepcionales.

El primero que probó fortuna fue Jorge Díaz, a los 13 minutos, pero su disparo, tras tropezar en un defensor cordobés, se fue a saque de esquina. El Alba dominaba pero las dos líneas fijas que instaló a cal y canto el míster del filial cordobés impedían que el esférico rodara con la habitual fluidez que le imprime el centro del campo blanco.

No parecía incomodar mucho el invitado de hoy hasta que Damián, desde 25 metros, soltó un derechazo que nos permitió volver a ver una estirada del ‘gato’ Dorrronsoro. Por suerte, el balón se marchó lamiendo el palo y no hubo que lamentar nada.

El Alba volvió a ejercer su papel de apoderado del cuero pero no volvió a acercarse al área andaluza hasta el minuto 27, momento en el que un cabezazo de Núñez, tras un centro de Diego Benito, despertó el primer ¡uy¡ de una adormecida grada.

Se notaba, se sentía, que el campeón ya había engrasado su maquinaria y en el 32′ inauguraba el marcador Jorge Díaz. Fue tras una jugada marca de la casa. Con el sello de Luis César Sampedro. El balón llegó a los pies de Borja Navarro, hizo un reverso espectacular, se la dejó a Calle, que la aguantó y cambió a la otra banda, cuando estaba rodeado de cuatro rivales; el balón acabó en los pies de José Carlos en el costado izquierdo, se lo cedió a Mario, quien la elevó por encima de los zagueros para que le llegara a un jugador uruguayo que reculó, amagó y soltó un latigazo raso que puso la guinda a la jugada.

La primera parte no tuvo más historia y, tras el paso de vestuarios, el guión del partido siguió su curso: el Albacete poseía el balón y estuvo a punto de marcar en el minuto 59, tras una jugada en la que Jorge Díaz pisó la línea de fondo, cedió a Borja Navarro, que no pudo marcar en primera instancia, como tampoco Calle tras recoger el rechace.

La máxima del fútbol dice que el que perdona lo acaba pagando y esta vez se volvió a cumplir. Sillero, tras una buena jugada combinativa, se plantó ante Dorronsoro y lo batió por arriba poco después (67′).

El tanto cambió el panorama y los cachorros cordobesistas se soltaron la melena. Dos tiros lejanos pusieron en alerta a Dorronsoro y su zaga. El partido entró entonces en una fase peligrosa, en la que los cambios del Alba parecían un homenaje pero se estaba jugando un encuentro. Y el filial cordobesista se jugaba más. Javi Cabezas, con un tiro raso que no atajó Dorronsoro, puso el 1-2 en el 86′ en medio de tímidos silbidos del Belmonte. Al final, volaron los tres puntos como la mente de un equipo blanco que, aunque no se diga públicamente, tiene los cinco sentidos en el play-off de ascenso.

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