El día 13 de Junio, San Antonio de Padúa para más señas, el alcalde de Albacete recibió, además de los aplausos y besos de sus incondicionales, un par de medallas y un bastón, pero no recibió el mando de nuestra ciudad, porque la ciudadanía con su voto prefirió fragmentar la representación municipal en cuatro partidos, más el verso suelto que apareció después, antes que otorgar la mayoría absoluta a Javier, Modesto, Toya o Carmen.
Javier Cuenca ocupa el sillón y el despacho de la Alcaldía, figura el primero en el organigrama municipal, firma como alcalde de Albacete resoluciones, edictos y bandos, desfila en la cabalgata de apertura de Feria con el bastón que le identifica como primera autoridad local, pero no gobierna la ciudad porque no tiene capacidad per separa sacar adelante sus propuestas y para llevar a cabo el programa electoral con el que se presentó a las Elecciones, y ejemplos de que esto es y será así, ya tenemos varios y variados en apenas dos meses de andadura de la actual Corporación Municipal.
En el Pleno del pasado mes de julio se vio obligado a aceptar que tendrá que hacer algo con los antiguos depósitos de agua de la Fiesta del Árbol, que dicho sea de paso llevan cerrados el mismo tiempo que gobierna el Partido Popular en Albacete; tuvo que escuchar con atención como no le quedará más remedio que presupuestar, para el año próximo, la apertura de los Comedores Escolares en los meses de julio y agosto; y vio, supongo que con algo de desesperación, como la mayoría del Pleno le impedía gobernar a golpe de resolución y solo a través de la Junta de Gobierno Local, que es lo que pretendía y lo que le gustaría.
Me cuentan que al finalizar el Pleno entre las filas populares cundía el desánimo y que la frase más repetida era: “Pues vaya cuatro años que nos esperan” y no les faltaba razón, porque el Pleno de agosto trajo más de lo mismo. El alcalde con bastón, pero sin mando, tendrá que reabrir, a su pesar, el Centro de Interpretación de la Paz, que fue clausurado por el anterior Gobierno ‘popular’ sin dar explicación alguna, amparándose, como no, en el mantra de la herencia recibida, que como el bálsamo de Fierabrás, todos los males cura.
También tendrá que mover ficha para que se puedan construir colegios en las nuevas zonas de crecimiento de la ciudad, después de pasarse los últimos cuatro años, en los que ha sido concejal y delegado de la Junta en Albacete, silbando y mirando para otro lado cuando alguien le planteaba esta cuestión, a pesar de que los terrenos estaban ya cedidos por el último Gobierno socialista y la necesidad era más que evidente.
Pero como no somos río, nos volvemos cuando queremos, que dice el refrán. Ya verás querido lector como a partir de ya y puesto que ahora lleva otro traje, el de alcalde, se convertirá en el máximo defensor de la necesidad de contar con estos colegios y exigirá a este Gobierno regional lo que no se atrevió ni a susurrar al anterior, no sea tú que le dieran el dos; defenderá hasta la saciedad las bondades de contar con un nuevo espacio cultural, olvidando que fue su madrina política quien le echó el cierre al Centro de Interpretación de la Paz; presumirá de que en el Ayuntamiento de Albacete todo se hace por consenso y de común acuerdo entre todos las fuerzas políticas, incluido el concejal sin rumbo, perdón, sin adscripción política alguna, como si fuera una iniciativa suya y no una imposición de la ciudadanía, que con su voto ha querido que esto sea así, para bien y para mal, que de todo hay en la viña del señor; y si al final los antiguos depósitos del agua de la Fiesta del Árbol albergan alguna vez algo más que polvo y humedades, no dudes que será porque la ciudad tiene un alcalde que se preocupa porque todas las infraestructuras existentes estén en perfecto estado de revista y no porque se haya visto obligado a ponerlos en marcha, seguramente en contra de su voluntad.
Pero donde se vio de forma meridiana que el alcalde tendrá bastón, pero no tiene mando, ha sido en el tema del agua. Por iniciativa socialista, el pasado Pleno municipal mandató, con el voto en contra del Partido Popular, a la concejala de Medio Ambiente a votar NO al borrador del nuevo Plan de Cuenca de la demarcación del Júcar, como hicieron el Gobierno Regional, la Junta Central de Regantes de la Mancha Oriental, la AE-Agro, la Unió de Llauradors, Comisiones Obreras, la Unión Geneal de Trabajadores del País Valenciá, la Intersindical Valenciana y Ecologistes en Acció, entre otras organizaciones, por considerar que vulnera los derechos de los vecinos de Albacete, que se convierte en subsidiaria de los derechos del agua, pese a estar en la cabecera del río, por mucho que el PP siguiera defendiendo su argumentario de siempre y con el que se quedaron solos y fuera de la Mesa del Agua de la Ciudad de Albacete por decisión propia.
Pero ¡Ay, amigo!, una vez que traspasó el limite municipal camino de Valencia, se envalentono y perdió la pose, bueno él no, la concejala de Medio Ambiente que es su sucedánea para esos temas, y pensando quizás que fuera del término municipal los consensos quedan fuera de su jurisdicción y que los mandatos Plenarios pierden vigencia, optó por hacer lo contrario de lo que el Pleno le había dicho que hiciera y se alineó en la Confederación del Júcar a favor de las tesis de Rajoy, Cañete, Cospedal, Fabra y Valcárcel, que para eso son compañeros de Partido, haciendo oídos sordos a los argumentos de la mayoría del Pleno, del Gobierno Regional y de los agricultores y regantes albaceteños, muchos de ellos, me consta, votantes ‘populares’, poniendo en evidencia, una vez más, que para el alcalde y su concejala eso del consenso es solo un paripé y una pose para la foto, que lo que les pone es hacer de su capa un sayo, caiga quien caiga, que diría el Gran Wyoming, intentando demostrar a sus incondicionales que además de bastón, también tiene el mando del Ayuntamiento, y digo bien, a sus incondicionales, porque para los demás ha quedado como un crío pequeño que agarra una pataleta del quince porque no puede hacer su santa voluntad cada dos por tres. En fin, para él hace, que diría mi madre.
Y para finalizar dos deseos, el primero ¡FELIZ FERIA! a todo quisque, y el segundo que espero que pronto se acaben las felicidades que da la defensa del Alba a los equipos contrarios, que es lo que nos hace estar en zona de descenso, otra vez, esperemos que por poco tiempo.