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Respeto paras los que se van y cariño para los que nos quedamos

Hace unos días pude leer una larga epístola de un compañero socialista, en la que anunciaba su decisión de poner punto y final a su etapa como militante de su agrupación municipal. Tras su atenta lectura, tengo la seguridad que es una decisión adoptada tras una larga reflexión y no fruto de ningún calentón momentáneo, aunque siempre hay alguna dichosa gota, que es la culpable de que el vaso se colme. Y no fue el único que escribió en los mismos términos, si bien el otro compañero pisa tierras granadinas y no sampedreñas.

Este abandono no fue la punta de ningún iceberg que escondiera una importante escalada de deserciones generalizadas, ni supuso ningún hito en el descenso en la afiliación, ni nada que se le parezca, pero sí que tuvo mucho de simbólico, a pesar de que no es la primera persona que abandona el PSOE, ni tampoco será la última, pero sí que es una de las pocas personas que conozco que da este importante paso, tras haber ganado la candidatura que él apoyaba en un proceso interno. Uno de esos procesos que tanto nos gustan y que tanto nos desangran, y de ahí la importancia simbólica del hecho.

Un hecho que, en cualquier caso, hay que respetar por lo que de personal tiene, intentar comprender, aunque solo sea por el momento escogido, y, en todo caso, apoyar, porque se trata de una decisión meditada de un compañero, no ya de un compañero militante, pero sí de un compañero de sueños, de anhelos y de ideología. Se habrá ido, pero seguirá transpirando socialismo por todos los poros de su cuerpo. Una persona como él no cambia de chaqueta así como así, por mucho que sea el tiempo el que cambie, y seguro que en el próximo Congreso Provincial de finales de enero, se echará en falta su intervención, que de no haber tomado la decisión de marcharse, a buen seguro estaría preparando en este fin de semana desapacible, gris, tristón y lluvioso.

Y si es bueno reclamar respeto para aquellas personas que deciden apartarse de la disciplina que supone la afiliación a un determinado partido, no lo es menos reclamar, con la misma insistencia, cariño para los que nos quedamos con todas las de la ley, a pesar de que tu candidato haya perdido por los pelos, pero perdido a fin de cuentas, la carrera hacia la Secretaría General Provincial, o precisamente por ello, no lo sé.

Y que conste que lo expreso como reflexión general, no porque yo me sienta falto de ese cariño, que sí que reclamo para otros compañeros y compañeras que, en su momento, lo han dado todo y ahora llevan una diana prendida en la espalda, en una clara invitación al desdén general, al menosprecio inmerecido y a la desconsideración inexplicable, por lo innecesaria. Puede que el roce engendre cariño, pero también se corre el riesgo de que se genere odio.

Creo que como partido no nos podemos permitir el lujo de funcionar con la mitad más once de un todo, así solo seremos medio partido y un poquito más, pero nunca un partido que lucha, al completo, por mantener los gobiernos allá donde los tiene y que aspira a conseguir los que no tiene, y más ahora que las elecciones municipales y autonómicas asoman ya la cabeza por el horizonte.

De ahí la necesidad del cariño a los que aquí seguimos y que respetamos escrupulosamente las decisiones de la mayoría. Una mayoría que, a su vez, ha de entender la pluralidad como un manantial inagotable de crecimiento, por lo que de intercambio de opiniones, ideas y reflexiones se refiere y nunca como una fuente de confrontación y conflicto. Mejor que la uniformidad la dejemos para el ejército.

Un buen amigo y compañero de partido, me ha repetido en innumerables ocasiones que podemos perder las elecciones, pero que lo que nunca podemos perder es la cabeza, y más cuando se trata de procesos internos. Lo he repetido en numerosas ocasiones: Ganarnos a nosotros mismos tiene su morbillo y su aquel, pero no sirve para solucionar los problemas de desempleo que sufre la juventud albaceteña, por poner tan solo un ejemplo de una larguísima lista. Se trata tan solo del viejo juego de intercambio de mayorías y minorías, donde las segundas quieren ser las primeras y éstas no quieren dejar de serlo.

Lo único que garantiza este tipo de procesos internos es que al final del mismo habrá un socialista al frente de la Secretaría General Provincial. Otra cosa bien distinta, es asegurar quién será el próximo alcalde o alcaldesa de Albacete, Hellín, Villarrobledo, la Roda, Almansa o Letur, y para ese trabajo con medio partido más once no vamos a llegar muy lejos que digamos, creo yo. Podemos ser del Barça, del Madrid o incluso del Atleti, pero todos apoyamos al Alba sin descanso, porque ese apoyo incondicional es el que nos da la vida como partido y nos asegurará los éxitos electorales que buscamos con denuedo convocatoria tras convocatoria.

Pablo Iglesias Posse escribió, que “no sólo hacen adeptos los partidos con sus doctrinas, sino con los buenos ejemplos y la recta conducta de sus hombres«, y a eso es a lo que apelo desde estas líneas a la recta conducta y buen ejemplo de los hombres y las mujeres que darán cariño a los que nos quedamos, respeto a los que han decidido abandonar las filas socialistas, y reconocimiento a quien ha obtenido más apoyos, en esas actitudes veré al PSOE de toda la vida, a mi PSOE, otra forma de actuar será… otra forma de actuar.

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