Esta semana la pronta actuación de dos guardias civiles de Castilla la Mancha en sendos sucesos ha permitido salvar la vida a dos personas. La primera era una mujer que tenía su brazo izquierdo atrapado entre los rodillos de una cinta transportadora de una empresa de Cuenca. La rápida actuación de uno de los agentes de la Guardia Civil (en este caso de nuestro coordinador de AEGC en Castilla-La Mancha) que acudió a la llamada de emergencia evitó que la trabajadora se desangrara aplicando un torniquete, felicitando el personal sanitario que intervino a los agentes por su magnífica actuación reconociendo que habían salvado la vida a la mujer.
A unas decenas de kilómetros, también en la provincia de Cuenca, unos días antes fue una patrulla de tráfico la que acudió a un atropello de un individuo. Esta patrulla de Tráfico del subsector de Cuenca fue la primera en llegar al lugar del accidente y socorrer al accidentado que se encontraba inconsciente. Uno de los agentes, sargento 1º Ángel Herreros Carrasco, actuó rápidamente aplicándole una maniobra fundamental de sanidad táctica: la apertura de la vía aérea mediante la introducción de una cánula de Guedel y cubriéndole con una manta térmica paras evitar una posible hipotermia.
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El peatón se encontraba en decúbito supino y por tanto con una alta posibilidad de sufrir una obstrucción de la vía aérea con su propia lengua y si la obstrucción era completa hubiera entrado en parada respiratoria. Así que cuando llegó el helicóptero que iba a trasladar al hospital al atropellado se encontró con que la rápida actuación del agente había sido vital para salvar la vida de este ciudadano, ante lo cual los responsables sanitarios que acudieron al accidente no han dudado en enviar al superior del Subsector de Tráfico de Cuenca el agradecimiento y la felicitación por el trabajo bien hecho del componente de tráfico.
Unos sucesos que han tenido un final feliz para las personas accidentadas gracias a que los agentes supieron cómo responder a la situación de riesgo para las vidas de los accidentados al actuar con conocimiento, prontitud y eficazmente. En los dos casos los agentes supieron aplicar a los heridos técnicas de sanidad táctica como primer interviniente, desconocidas para la mayoría de los ciudadanos y también de los guardias civiles. Una formación que los agentes tenían no gracias a la DGGC y su Jefatura de Formación sino al esfuerzo de las Asociaciones Profesionales, en concreto la Asociación Española de Guardias Civiles.
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Para AEGC estos dos sucesos nos dan la razón cuando insistimos en reclamar que todos los agentes tengan acceso a este tipo de formación. Porque conocer estas técnicas de sanidad está demostrado que salvan vidas a diario. Una formación que venimos exigiendo, con poco éxito, desde hace años, por eso la tenemos que llevar a cabo nosotros para que cuando un guardia civil se encuentre en esta situación pueda tener los conocimientos y el material para hacer un torniquete, una gasa hemostática, un Parche de Tórax con válvula o un vendaje israelí, entre otros. Técnicas que la gran mayoría de los agentes desconocen y deberían conocer si los responsables de Enseñanza de la Guardia Civil consideraran, como hacemos en AEGC, que formar a todos los integrantes en primeros auxilios salva vidas. Una formación que debe ser continua para refrescar los conocimientos y para poder acceder a la práctica de nuevas técnicas.
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Hoy estas dos personas se recuperan favorablemente de sus accidentes y ello gracias a la formación que unos guardias civiles tenían en sanidad avanzada como primer interviniente que se les había dado desde la Asociación Española de Guardias Civiles. Lo preocupante de estas dos historias es que no todos los agentes puedan tener estos conocimientos porque la capacidad de una Asociación Profesional no permite llegar a todos. De ahí que AEGC siga exigiendo a los que si tienen esa capacidad que hagan el esfuerzo de formar a todos los guardias civiles para que los ciudadanos no tengan que dar gracias a la suerte porque les ha socorrido un guardia con formación básica.
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