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Otro engaño electoral más de Carmen Bayod

No hay peor mentira que una verdad a medias. Y eso, una verdad a medias, es lo que la alcaldesa de Albacete nos ha contado acerca de una de sus principales promesas electorales: La bajada de impuestos.

Nuestra alcaldesa se comprometió ante el electorado albaceteño a bajar los impuestos municipales, y cuando dentro de un año finalice su mandato la práctica totalidad de los Impuestos Municipales, las Tasas y Precios Públicos serán más caros en 2015 que en 2011, porque lo que nos vende para el año que viene no es sino una pequeña rebaja sobre los aumentos que ella misma aplicó en años anteriores.

Por mucho que nos cuente ahora que los valores catastrales serán más bajos el año que viene y que el recibo de la contribución urbana experimentará una ligerísima bajada con respecto a lo pagado de este año, lo cierto y verdad es que su paso por la casa consistorial estará marcado por una subida media de 30 € en el impuesto estrella que pretendía bajar, y a esto, a dejar un recibo medio del IBI más caro en 30 € que cuando llegó a la Alcaldía es a lo que ella llama bajada de impuestos. Vivir para ver que dijo aquel.

Tanto es así, que el propio concejal de Hacienda, en el transcurso del debate plenario, tuvo que reconocer la evidencia, que no habían sido capaces de bajar los impuestos tanto como les hubiese gustado por mor de las circunstancias. A saber: La herencia recibida, múltiples imponderables y otras excusas más que ahora no soy capaz ni de recordar. Llegó hasta tal punto la cosa, que la propia alcaldesa le pidió que fuese finalizando su intervención, temiendo quizás que terminase poniéndola en evidencia, cuestión esta demasiado fácil a las alturas del mandato en la que nos encontramos.

Eso por no mencionar que la bajada del valor catastral de los inmuebles, al ser ‘café para todos’ y tratarse de una rebaja lineal del 17%, no nos afecta a todos por igual, porque una vivienda en plena calle ancha tiene un valor superior a otra situada en el mismo edificio que la Posada Real, por poner tan solo un ejemplo ilustrativo de los problemas que afectan a las cañerías del Grupo Municipal Popular.

Pero no queda ahí la cosa, nuestra alcaldesa, preocupada por el medio ambiente, la contaminación atmosférica y la calidad del aire en nuestra ciudad, obviamente es un decir, resulta que ha diseñado un impuesto de vehículos de tal forma que el vehículo de mayor cilindrada y en consecuencia el que más contamina, tendrá una rebaja mayor en el impuesto que los vehículos de menor cilindrada y que por lo tanto contaminan menos. De nuevo, vivir para ver. ¡Ah! y que no se no olvide que bajar los impuestos para la señora  alcaldesa es disminuir el recibo del impuesto de circulación al 8% de los titulares de  turismos de nuestra ciudad y subir los recibos al 92% restante. Visto lo visto, no estaría de más que revisase la clase de Barrio Sésamo que hablaba de subir y bajar, porque igual le aclaraba algún que otro concepto.

Y qué decir de las Tasas, pues tres cuartos de lo mismo, cuando finalicen estos cuatro años en los que la Carmen Bayod ha sido alcaldesa de Albacete, el recibo del agua será más caro que cuando juró el cargo, también será más caro el recibo de la recogida de basura, utilizar los servicios del tanatorio y será tremendamente más caro casarse, será más caro aparcar en zona azul, será también más cara la cuota mínima a pagar por una licencia de obra menor, así como obtener una licencia de instalación y funcionamiento de cualquier actividad en la ciudad y sus pedanías, instalar una terraza será más caro para cualquier establecimiento de hostelería, como también lo será ocupar terrenos en la Feria o instalar un contenedor de obra en la vía pública, además del transporte urbano, que aunque hoy no toque hablar del mismo, también será más caro en 2015 que en 2011.

Y para redondear la jugada, la cuota mínima a satisfacer por los usuarios del Servicio de Ayuda a Domicilio ha pasado de 3 a 20 € mensuales. Y a todo estos la señora Bayod le sigue llamando rebaja de impuestos.

Como también le sigue llamando bajar impuestos a cobrar bastante más por la utilización de las instalaciones deportivas del Instituto Municipal de Deportes de Albacete. Nuestra alcaldesa ha pasado de anunciar en campaña electoral que impulsaría un plan de Instalaciones deportivas que acercase a los barrios la práctica del deporte, a cerrar la piscina cubierta de Jorge Juan y a encarecer tanto las tasas por el uso de las instalaciones deportivas municipales, que lejos de acercar la práctica deportiva a los barrios y a la ciudadanía, ha ahuyentado a casi medio millón de usuarios del Instituto Municipal de Deportes. Y a esto todavía le sigue llamando bajar impuestos.

El paso de la señora Bayod estará marcado por sus constantes incumplimientos electorales. Ha pasado de afirmar que votar al Partido Popular era sinónimo de tener un contrato de trabajo, se supone que a jornada completa y bien pagado, a no terminar de poner en funcionamiento el único Plan de Empleo con que contará la ciudadanía en su etapa de gobierno y que para colmo de males nació con recortes presupuestarios, supongo que para no perder las buenas costumbres.

Y en política económica, más de lo mismo. Insiste una y otra vez que el Ayuntamiento de Albacete está saneado y que eso le permite bajar los impuestos, pero no aclara que lo que ha hecho es cambiar la deuda de sitio, pasando a la casilla de los bancos lo que antes figuraba en la casilla de los proveedores. Curiosa forma de afirmar que se tienen las cuentas saneadas, cuando se debe todo lo saneado, y lo de bajar los impuestos, yo creo que a estas alturas del debate ha quedado más que suficientemente demostrado que de lo único de lo que puede presumir Carmen Bayod es de haber rebajado ligeramente para 2015 lo que ya subió escandalosamente en años anteriores.

Y a eso, por mucho que se empeñe Carmen Bayod, no se puede llamar bajar los impuestos.

Cuando lo vuelva a repetir, que lo repetirá, más de uno y de dos se acordarán del fenómeno de los pirómanos bomberos. Aquellos que, con tal de parecer héroes, son capaces de provocar incendios para luego sofocarlos. Pues lo mismo le ha pasado a nuestra alcaldesa, que ha querido terminar su mandato como la heroína que rebaja algo los impuestos que previamente ha subido mucho.

Y sobre nuestro Alba, mejor me callo. Al menos, de momento.

 

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