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La Feria de Albacete no pierde el carácter comercial que le dio la vida

La Feria de Albacete tiene orígenes comerciales en cuanto a que comenzó como un mercado de ganado. Pasó por muy distintas etapas, sin perder nunca de vista ese marcador carácter comercial y el mismo ha llegado hasta la Feria del reencuentro.

En el interior del Recinto Ferial sigue siendo posible conocer la labor de decenas de asociaciones sociosanitarias, tomarse una copa, un dulce o un mojito; bailar durante muchas horas, pero también visitar los puestos donde poder ‘feriarse’ algo.

Los juguetes, como ocurre desde hace muchísimo tiempo, se encuentran entre la oferta comercial de esta edición, donde no faltan la ropa, los bastones de madera, las cestas de mimbre o incluso esparto, como tampoco el producto estrella de Albacete por excelencia: navajas y cuchillos ‘made in Albacete’.

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El anillo central del Recinto Ferial acoge numerosos puestos comerciales, pero también los alrededores del Recinto Ferial, con distintos puestos habilitados, donde es posible adquirir desde jabones artesanales hasta perfumes o complementos de bisutería y bolsos.

Miles de personas transitan cada día por estos puestos buscando qué feriarse.

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