Ha sido disolver el Rey las Cortes por falta de acuerdo, y lo que no pudo ser en Diciembre se ha tornado en realidad en Mayo.
Podemos e Izquierda Unida irán cogidos de la mano a la cita electoral del puente de San Juan. No importa si donde dije digo, ahora toca decir Diego. No importa ir hacia una coalición de partidos de izquierda, cuando hace poco menos de un año se renegaba de ello, ya que según Pablo Iglesias “con eso no se gana”. Ya no importa que los nuevos compañeros de Podemos hayan sido unos “cenizos políticos durante los últimos veinticinco años en los que no han hecho nada”. Ya no importa quien se queda con la bandera roja ni compartir lista electoral con aquellos que se “cuecen en su salsa con estrellas rojas”. Ya no importa compartir escaño con quien “vive en su pesimismo existencial”, a Pablo Iglesias ya no le importa todo eso, porque lo que quiere no es ganar las elecciones, lo que quiere es ganarle al PSOE.
La política hace extraños compañeros de cama dijo Churchill, que era un tipo muy dicharachero además de fumador empedernido, aunque la frase se la había copiado al escritor norteamericano Charles Dudley Warner, y la unión electoral, confluencia de intereses, convergencia o cómo demonios se quiera llamar lo que han parido estos días IU y Podemos da buena fe de ello. Aunque me temo que en este matrimonio de conveniencia Izquierda Unida pone bastante más que recibe, aunque al final obtenga más señorías, tanto en el Congreso como en el Senado, de los que hubiera obtenido de concurrir en solitario, cosas de la Ley D’hont. El fin justifica los medios, que dijo Maquiavelo, frase esta que yo supongo habrán repetido hasta la saciedad la cúpula directiva de Izquierda Unida durante estos días, al menos por boca de sus miembros proclives al acuerdo.
No creo andar muy desencaminado si afirmo que han sido esas cosas de la Ley D’hont lo que ha llevado a Podemos a echar pelillos a la mar y a decidir juntarse con izquierdosos cenizos, amargados, tristones y aburridos… Vamos, la viva imagen de la lucidez del pesimismo, (que conste que no son adjetivos calificativos de mi cosecha, lo son de la del colega Iglesias), porque, calculadora electoral en mano, estiman que esta unión les reportará un puñado de diputados y senadores aún por cuantificar, ya que en esta ocasión los restos que tradicionalmente venía perdiendo Izquierda Unida en las elecciones generales serán aprovechados por la nueva coalición o confluencia de intereses, tal y como describió el propio Alberto Garzón.
En Albacete sin ir más lejos, sin pensar más allá, sin entrar en más disquisiciones y sin conocer el nombre del o de la cabeza de cartel, solamente sumando, esta confluencia de intereses obtendría el cuarto diputado en detrimento de Ciudadanos, mientras que el primero y el tercero serían para el PP y el segundo para el PSOE. Vamos, que quienes realmente deben estar preocupados son los chicos y chicas de Rivera y especialmente Onésimo González, suponiendo que vaya a repetir como candidato, cambio que a tener de los resultados obtenidos por unos y otros en Diciembre pasado también se podría dar en Guadalajara y Toledo.
Los críticos de Izquierda Unida o bien están en contra de la confluencia de intereses, por temor al abrazo del oso, o bien se temen que IU se diluya en un grupo parlamentario en las Cortes, tan heterogéneo y variopinto como subyugado y alienado bajo el liderazgo de Pablo Iglesias, como pudieron comprobar otros socios y confluencias de Podemos, durante la pasada y efímera Legislatura.
Al final, igual nos encontramos con una sopa de letras más o menos comprensible y con un nombre del todo guay para la coalición, que imaginación no les falta, donde los nombres de algunos de los nuevos socios aparecerán en las candidaturas en los puestos que al final hayan acordado, una vez resuelto el jeroglífico de lo que se entiende por “puestos de salida”. Ojo, que este ha sido uno de los principales objetos de discusión en la mesa negociadora.
¿Pero no habíamos quedado en que lo que importa son las ideas y no las personas, los programas y no los sillones, el bien general y no el ego personal? Y esta es otra clave para entender que de lo que estamos hablando es de un buen matrimonio de conveniencia donde se lleva más la separación de bienes y la estrategia, que el contigo pan y cebolla, por lo que del amor mejor ni hablar, incluso harán campaña por separado y con programas diferentes. Vamos, que de dormir juntos nada de nada.
Me parece que Alberto Garzón ha puesto todo su empeño en que esta confluencia de intereses llegue a buen puerto, porque cree firmemente que será la primera piedra sobre la que se asiente un futuro gobierno progresista en nuestro país. De hecho, lo que le pidió la semana pasado a sus afiliados fue un cheque en blanco para hacer y deshacer en función de lo que se pudiera ir concretando con la otra parte de la mesa de negociaciones, aunque se comprometiera a volver a consultar el documento definitivo. Yo diría que ayer se le veía contento y hasta feliz, por eso sigo opinando que Izquierda Unida pone mucho más que recibe.
A este matrimonio Izquierda Unida aporta mucha más ilusión, ganas y votos que los escaños que recibirá, incluso han renunciado a sacar a España de la OTAN, a la República como forma de Estado y a la nacionalización de empresas energéticas. Todo sea por el bien de la confluencia.
Mientras que la otra parte de la mesa de negociaciones, como no son de izquierdas ni de derechas, que eso es muy antiguo, solo pone el ansia viva de ganarle al PSOE, porque si estuviesen pensando en el bienestar de la ciudadanía, no hubiesen antepuesto los territorios a la personas tras las elecciones del pasado Diciembre, no hubiesen puesto como condición sine qua non para sentarse a dialogar con Pedro Sánchez el referéndum en Cataluña, que siendo importante, que lo es, lo es bastante menos que el bienestar de cualquier persona de cualquier parte de España. A mi modo de ver, ahí quedó retratado Pablo Iglesias y ahí quedaron puestas en evidencia las verdaderas razones del NO a Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados, el ansia de quedar por encima del PSOE, cueste lo que cueste y a costa de lo que sea.
El tiempo da y quita razones y pone a cada uno en su sitio. El 27 de Junio seguiremos hablando, si tengo que rectificar lo haré. Espero que los demás hagan lo mismo
