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Ciudadanos y la margarita

Reprobamos, no reprobamos, nos fiamos, no nos fiamos, apoyamos, no apoyamos… Así andan estos días el concejal y las dos concejalas de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Albacete, no sé si con margarita de por medio o no, pero el caso es que ahí están los tres, tan indecisos como de costumbre, esperando a que haga su aparición en escena alguna de las nueve musa de la inspiración y, así, entre todos, acierten a tomar un decisión que, aunque en principio debería ser fácil, parece que se antoja complicada, y es que cuando lo que se quiere a toda costa es nadar y guardar la ropa, corres el riesgo de quedarte en tierra de nadie y de que a la larga poca gente te tome en serio.

A iniciativa del Grupo Municipal Socialista, el Pleno del pasado mes de Agosto aprobó por una amplia mayoría (17 votos a favor y solo los 10 del PP en contra) una moción de urgencia, por la que se instaba al equipo de gobierno del Partido Popular a que votara NO a la aprobación del Plan Hidrológico para la Demarcación del Júcar.

El alcalde de Albacete, a través de la concejala de Medio Ambiente, que es su alter ego en estos asuntos, no solo no hizo caso del sentir mayoritario del Pleno votando SÍ, sino que, no contenta con pasarse por el arco del triunfo el voto de la mayoría de los concejales y concejalas, alabó en su intervención el contenido de la propuesta que hacía la Confederación del Júcar que, como todos sabemos por propia experiencia, si piensa en algún colectivo cuando redacta una norma, desde luego no será en uno que esté en la ribera del Júcar, sino en la del Xúquer.

Este salto al vacío del alcalde Cuenca, además de retratarlo, provoca que cueste mucho trabajo fiarse de él cuando pronuncia la palabra consenso, porque, o bien no sabe lo que significa, cosa que dudo viniendo de una persona que presume de su formación, o bien le importa un pimiento lo que digan los demás, porque aunque en público no tenga más remedio que mostrarse sumiso a los acuerdos plenarios, en privado le sale la vena autoritaria que mostró en más de una ocasión en la Casa Perona.

Ante esta tomadura de pelo, los concejales y concejalas socialistas, de Ganemos y el concejal que está en el limbo, sintiéndose engañados por el señor alcalde deciden pasar a la acción y piensan, entre otras iniciativas, plantear una moción de reprobación por la actitud chulesca demostrada por la máxima autoridad local.

 

La cuestión está más clara que el agua del Júcar en los buenos días, si se vota por mayoría que se actúe de una determinada forma y se actúa de forma absolutamente contraria a lo acordado, lo lógico sería tirarle de las orejas a quien así proceda, aunque ese tirón sea de forma cariñosa, aunque me temo que no es este el caso. Pero la lógica no debe de haberse pasado aún por el despacho que ocupan el concejal y las concejalas de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Albacete, porque según me han contado, tras conocer el voto de la concejala en el Consejo del Agua, encargaron un gran ramo de margaritas que andan deshojando día tras día, a la espera de tomar una decisión.

No me gusta apostar, y desde luego no me jugaré el bigote, no sea que lo pierda como el añorado Constantino Romero, pero sí me atrevo a vaticinar que los tres de Ciudadanos se pondrán de canto, ni blanco ni negro, ni sí, ni no, no vaya a ser que tomen una decisión y se equivoquen en vísperas de la próxima cita electoral y es que resulta más que evidente que los de Rivera solo toman sus decisiones con la calculadora electoral en la mano.

Pero aún me atrevo a ir más allá, creo que emulando a los jugadores de un equipo de rugby, los tres de Ciudadanos darán una patada a seguir al tema, intentando trasladar el problema de la aprobación del Plan Hidrológico de la Demarcación del Júcar, de la plaza del Altozano al Palacio de Fuensalida.

Vamos, que lo quieren es quitarle el mochuelo de encima a Cuenca y colocárselo a Page en un enroque en toda regla. Es decir, ni censuran ni reprueban a quien hace oídos sordos a lo que opinan, es más, lo defienden por omisión y trasladan el problema a otro con el que tengan menos sintonía, porque no nos engañemos, los tres de Ciudadanos tienen mucha más sintonía con el Partido Popular que con cualquier otro partido con representación municipal, ni PSOE, ni Ganemos, ni el proscrito, perdón, el no adscrito, al que no saludan ni en misa.

Y esto es lo más triste del asunto, quienes se presentaron a las Elecciones de forma inmaculada, intentando rebañar, y rebañando a la postre, votos del centro derecha y del centro izquierda hasta conseguir cuatro concejales, aunque perdieran uno a las primeras de cambio por un quítame allá esas pajas, ahora se muestran como lo que verdaderamente son, un grupo con muy poca ideología y con un rumbo errático, al que poco le importa el valor de su voto en el Pleno, ya que prefieren, verás que poco me equivoco, ponerse de canto antes que dar la cara, no sea que se equivoquen y sean él y ellas los que reciban una llamada reprobatoria desde Barcelona, que hasta ahí podíamos llegar, que no estamos para problemas, que para eso ya está Luis César con la portería del Alba, que perdió otro portero, esta vez por una tarjeta roja, aunque rescatase in extrimis un punto del estadio municipal de Anduva.

Tiempo al tiempo, el alcalde de Albacete puede salvarse de una reprobación en toda regla por la omisión de Ciudadanos, y aún dirán que el partido al que pertenecen él y ellas es el partido del futuro y de la ilusión de todos, ¡Amos, anda!

 

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