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Estoy harto, todos estamos hartos

Estoy harto, todos estamos hartos de sentarnos a comer y  que se nos atraganten las lentejas tras escuchar de boca del presentador del telediario de turno, que un nuevo miembro del Clan Pujol acaba de ser imputado, por cualquiera de los cinco jueces que esta familia lleva en rueda, tras la correspondiente investigación de la UDEF y es que para ser un Clan tan grande, hay que ver lo espabilados para sus cosas que han salido la mayoría de ellos, Oriol, Jordi, y Oleguer, que se sepa, al menos de momento. El que fuera Molt Honorable Senyor D. Jordi Pujol i Soley, ahora Jordi el pensionista, ha resultado ser el capo de un clan de chorizos de tal solera y tradición que ya lo quisiera para sí la mejor ristra de chorizos del Alto Almpurdá.

Estoy harto, todos estamos hartos de que nos sobresalte el radiodespertador cada mañana con la noticia de una nueva imputación del juez Ruz a un exmiembro de los gobiernos de Aznar, tras confirmar lo que ya apuntaban los papeles de Bárcenas, y es que el PP tenía una contabilidad oficial, la del Tribunal de Cuentas y de la que habla Cospedal en la tele, y otra más oscura y secreta que llevada a mano el propio Bárcenas.

En ésta, en la oscura, el que fuera senador por Cantabria escribía de su puño y letra los apuntes más comprometidos, los menos claros e injustificables, y que como todos vamos sabiendo van desde el pago de sobresueldos en billetes de quinientos pavos, entregados en mano en sobres de color manila a los altos cargos del PP, al pago de las chapuzas y otros remiendos llevados a cabo en Génova, 13, para dejarla más bonita que un San Luis, pasando por la compra de acciones del grupo mediático de Federico, o ayudas para las campañas electorales de la actual secretaria general del Partido, que oye, un poco de suelto de vez en cuando para imprevistos no viene mal, y si esa ayuda consiste en doscientos mil del ala, pues mejor que mejor, y si el que tiene que pagar el pato es el ex alcalde de Toledo, a la sazón actual canciller de la Embajada de España en la República Democrática del Congo, pues mira que lo siento, total, daños colaterales que se solventan con un whasapp al interesado o una llamada a cobro revertido a Kinshasa, diciéndole que lo que le está ocurriendo es una injusticia y que estamos contigo.

Estoy harto, todos estamos hartos de acercarnos a tomar un cafelito al bar de la esquina y encontrarnos con que Miguel Blesa poco menos que tenía una máquina de hacer billetes propia, ¡Que ansia de hombre!. Qué pasa, que no tenía bastante con el sueldo de 3,6 millones de euros al año que se había aprobado a sí mismo, sino que, además, se tenía que pagar los caprichitos con las tarjetas de la Caja, la de los gastos de representación y la black de a 50.000 por año, y por si esto no fuera poco y tirando del ovillo, ahora nos hemos enterado que también se embolsaba lo que le pagaban por formar parte de los consejos de las empresas participadas por la Caja, y que según la Ley de Cajas de la Comunidad de Madrid tendría que haber devuelto a la propia Caja, pero con la de cosas que debía tener este hombre en la cabeza y un día por otro, el caso es que parece ser que nunca se acordó de ingresarlas.

No me extraña, entre preparar cacerías de osos y otros pobres animalitos, alquilar goletas para pasar una semana de Julio recorriendo las 12 islas turcas, darle aire a las tarjetas en las tiendas más selectas de Madrid o comprarse vehículos de alta o altísima gama, según se vea, el poco tiempo que le quedaba libre al hombre no tuvo más remedio que emplearlo en inventarse como ocultar los malos resultados de la Caja o como sisarle los ahorros a los pensionistas a través de la venta de preferentes, y no querrás encima, querido lector, que estuviera pendiente de ingresar en una cuenta de la Caja, obviamente que no fuera la suya, las miserables dietas, salarios y otras prebendas muchimillonarias que le ingresaban las empresas en las que Cajamadrid tenía alguna participación por formar parte de sus Consejos de Administración.

Estoy harto, estamos todos hartos de escuchar a Rato decirle al juez Ruz que no tenía ni idea de lo que se cocía en la planta noble de la Caja que presidía y que no sabía si el uso de las tarjetas black era parte de su retribución como presidente o un regalo extemporáneo de los Reyes Magos, en fin que él tiraba de tarjeta y a otra cosa mariposa.

Estoy harto, todos estamos hartos de los que hacen trampas en los Eres o en los cursos de formación, de los que se llevan a su casa aquello que no les corresponde porque es de otros, y encima se aprovechan del supuesto cierre de empresas o de los fondos de formación para desempleados. Hay que tener desvergüenza. En fin, que estoy harto, todos estamos hartos de aquellos y aquellas que han venido a la política a llenarse los bolsillos a costa del pobre y sufrido ciudadano. Bien es verdad que son una minoría, pero una minoría muy cualificada, compuesta por ex ministros, ex presidentes de Diputación, ex presidentes del Fondo Monetario Internacional, ex presidentes de Comunidades Autónomas, ex presidentes de Cajas de Ahorros, ex presidentes de la patronal, ex sindicalistas, ex parlamentarios y otros y otras ex de todo tipo y condición.

Todos y todas estas y estos ex flaco favor hacen a la inmensa mayoría de las personas que se dedican, que nos dedicamos a la política, y que lejos de aprovecharnos de la coyuntura para engrosar nuestra cuenta corriente, solo hacemos aquello para lo que fuimos elegidos por la ciudadanía, trabajar sin descanso para procurar que la vida de nuestros conciudadanos sea un poquito mejor cada día.

Estoy harto de escuchar a Cospedal decir que el PP está tan preocupado por lo que está pasando como la mayoría de la ciudadanía y sin embargo se pasa el día mirando para otro lado y justificando lo injustificable y cuando ya no hay más remedio que reconocer lo evidente, pues se desmarca diciendo que el PP es un partido serio y que los que hacen esas cosas no merecen ser del PP.

Pues eso, lo que ella diga. Que por cierto fue la misma que nos dijo que como  habíamos vivido por encima de nuestras posibilidades, ahora toca apretarse el cinturón. Como para fiarse.

P.D. El que no se harta de perder es el Alba. Otros tres puntos que volaron del Belmonte, esta vez camino de Pucela. Meter tres goles y perder el partido sería de guasa si no fuera porque seguimos los últimos y esto ya empieza a ser preocupante, porque pinta mal, muy mal, la verdad.

 

 

 

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