Antes de iniciar la labor de cambiar el mundo, da tres vueltas por tu propia casa (Proverbio chino)
Cada día que pasa echo más de menos al presidente Rajoy. Y no sólo yo; también Podemos y todas sus confluencias o, mejor, sus condolencias derivadas en -emos, a quien el CIS poco menos que acaba de aconsejarle hacer testamento vital.
Debe ser cierto que contra Rajoy vivíamos mejor, tanto desde la izquierda teórica, como desde la derecha doctrinaria que, del ronzal de lobbys de todo pelaje y minoritaria condición, tanto a acusaban al ex presidente de pactar con la ETA o de dialogar con el separatismo. Y dicen lo de ‘dialogar’ con ese tono despectivo, tan así. Habrá insultos más ofensivos, digo yo, que el de ‘dialogante’, pero no encuentro ningún otro que hiciera más daño a un hombre sensato, prudente y firme en sus convicciones. Tanto es así, que ni pactó con el otrora ‘batallón para la liberación del pueblo vasco’ (corría el año 96), ni ha cedido un ápice frente a levantamientos secesionistas, nada nuevos, por otra parte, en la Historia de España. Con la Ley en la mano y con el diálogo por delante. ¿Es eso malo?
Pero antes de que le echemos mucho más de menos, conviene que ahora no le demos importancia a la prima de riesgo, qué es eso, ja ja, si hasta Sánchez presume en Marivent de tenerla sometida. Si hasta Pablo Echenique o cualquiera de sus conmilitones hubieran podido hacer lo mismo, mientras cantan la impronunciable jota minguera. Total, qué supone tomar las riendas de un país en quiebra técnica, con una depresión económica y social de caballo, y sin más horizonte que el de rebanar las pensiones de nuestros mayores y los salarios de los funcionarios (no es una hipótesis, lo hizo ZP con Sánchez en la bancada). El siguiente paso era el corralito bancario y la quita en los ahorros de los españoles (no es una hipótesis, ha pasado en los países rescatados).
Pero antes de caer en la melancolía, déjenme que les diga una cosa. Hubiera dado la vida por ver la reacción de Sánchez, Jesús Cintora y todo el ramillete de ladinos comunicadores que tan fácil colocan sus vídeos en las redes sociales de los millennials; la hubiera dado, digo, por ver qué hubieran dicho si la discreta Viri pasa de la excedencia laboral a una fundación con dinero público en quince días, acaso mediando un par de relaxings cups of café con leche in Plaza Mayor, que viene a ser lo mismo.
Ah!, que la solidaridad era eso. Te marcas el pegote del Aquarius, pagamos la fiesta de los carnets de refugiados, y a continuación enchufas a la primera dama en una prestigiosa escuela de negocios como directora de un centro de nueva creación, el IE África Center. Con mucho más merecimiento, yo hubiera apostado por Shakira (waka, waka), pero no, había que hacer el numerazo de la acogida más mediática de los últimos tiempos, y ahora que llegan los del Open Arms que les vayan dando… deportación.
Al menos, con Rajoy teníamos a alguien para echarle la culpa de las puertas giratorias. Fue el mismo Pedro Sánchez quien puso el grito en el cielo cuando el fichaje de Güemes por el Instituto en el que ahora recala la señora Begoña Gómez. Pero no. Ya no. Ya no hay quien tiemble por la sostenibilidad del sistema público de pensiones; ya no hay niños que pasan hambre en España; el empleo crece, pero no es precario, y hasta Angela Merkel es una de los nuestros; al pijo la austeridad que tanto exigíamos a la Administración Pública (en un mes, el mayor aparato de altos cargos de la historia de Moncloa, y un incremento del coste salarial de los ministros un 30% y un 25% el de los asesores).
Y, al menos, también con Rajoy, teníamos a alguien para echarle la culpa por los trasvases del Tajo. Ya lo dijo Sánchez en Albacete: El trasvasar se va a acabar. Ya lo dijo Sánchez, al día siguiente en Molina del Segura, Murcia: El trasvasar no se va a acabar. A cada parroquia, lo que quiera escuchar, y quien quiera aprender, al África Center University. Bueno, ya que no exhuman a Franco, al menos que aprovechen su obra.
Todo muy moderno, y porque tú lo vales. Y yo que creí que lo del barco de la ONG francesa lo hacía Sánchez por buen corazón, por generosidad, por solidaridad…
Como diría Iniesta, si lo sé, no marco.
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